La adolescencia es una etapa compleja en la que se suceden grandes y maravillosos cambios y en la que, además, nuestros hijos han de tomar decisiones importantes. A ello se le une que, académicamente, el nivel exigido se va complicando con cada curso y es en este punto cuando les pedimos que elijan una modalidad que será trascendente para la elección de sus futuros estudios.
Todo esto les genera una gran incertidumbre y desconcierto y nosotros, sus padres, tendremos que estar a su lado en estos momentos.
Hace tiempo, hablando con una terapeuta, nos contaba la cantidad de casos que ve en su consulta sobre gente que a la edad de los “treinta y tantos” siente angustia por querer reinventar su presente pues no se sienten en el lugar que les gustaría estar.
Es cierto que gran parte se debe a la exigencia del sistema que obliga a nuestros hijos a decantarse por un área académica determinada a una edad temprana pero también, otra parte muy importante de esta ecuación, son las expectativas que el entorno tiene hacia el adolescente y hasta dónde los padres y la familia, ejercemos presión para que nuestro hijo elija su futuro profesional en una u otra dirección.
Dedicarnos a algo que nos motiva es esencial para nuestra felicidad, pasamos mucho tiempo en nuestro trabajo y si uno disfruta de lo que hace y se siente competente en ello, nos ayuda a dar un sentido a nuestra existencia.
Pero casi ningún chico a la edad de 16 años tiene clara su elección, por ello, el papel que juguemos los padres y el colegio serán claves para servirle de guía en estos momentos.
Para ello, te damos 4 consejos que pueden ayudarte a orientar a tu hijo en la elección de su futuro profesional:
1. En primer lugar ayuda a tu hijo a conocerse: qué se le da bien, qué cree que los demás esperan de él, en qué profesión se sentiría orgulloso de sí mismo, en cual tiene más probabilidades de encontrar trabajo, qué sueldo puede ganar… en definitiva, cuanta más información tenga más seguro se sentirá.
2. Oriéntale a escoger su opción de acuerdo a sus talentos pero también a su personalidad, visualizando cuáles son sus valores y los sueños que desea alcanzar. Ayúdale a explorar dónde quiere estar, quién quiere ser y, a partir de aquí, oriéntale a que aterrice esos ideales en profesiones concretas que pueden o no existir en la actualidad. El mercado laboral se está rediseñando y cada día se necesitan más perfiles específicos que aún no se enseñan.
3. Anímale a que escoja unos estudios que le hagan feliz. La realización personal y su satisfacción serán claves para alcanzar el éxito profesional y, como hemos dicho, hay profesiones que aún ni conocemos.
4. Por último, tranquilízale, no pasa nada por equivocarse. Es de valientes aceptar los errores, asumir la responsabilidad y volver a empezar si es necesario. No pasa más, la vida laboral actual está en una media de 40 años, ¿qué son dos años más en este recorrido si esos dos años te ayudan a encontrar tu verdadero camino?
No solo los padres tenemos un papel fundamental en este proceso de la orientación vocacional; el colegio es parte fundamental y, por ello, hemos preguntado a Raquel Márquez, orientadora del colegio Balder para que nos de una visión más específica de en qué contribuye la escuela en esta labor.