Sabemos que sin emoción no hay aprendizaje. Partiendo de esta premisa todos los padres deseamos que nuestros hijos estén contentos y felices en su colegio y que, cada mañana, se despierten con todo el entusiasmo y motivación por empezar un nuevo día. Desde aquí te damos estos pequeños consejos para que puedas valorar si el colegio aporta estos beneficios a tu hijo.
– Grandes amigos. Los compañeros son uno de los grandes alicientes de ir al colegio. El colegio es un extraordinario lugar para desarrollar las habilidades sociales de los niños. Al interactuar con sus iguales aprenden a escuchar, a respetar turnos, a negociar y a compartir. Jugar con los demás les va a permitir además descubrir más acerca de sí mismos, sobre sus cualidades y áreas de mejora. Como veis, todas ellas, habilidades imprescindibles para la vida. .
– Actividades que le hacen estar activo. El colegio implica dinamismo. Los niños a lo largo de la jornada van cambiando de actividades y de espacios. El cerebro de los niños necesita de una estimulación basada en actividades lúdicas, donde el movimiento esté también presente. El colegio les permite cambiar de actividad con frecuencia a lo largo de la jornada, encontrando siempre actividades que serán más afines a ellos y les parecerán más divertidas. De esta manera ven en el colegio la oportunidad de hacer cosas diferentes a lo largo del día, que además le ayudan a saber muchas más cosas..
– Posibilidad de investigar y curiosear … ¡el colegio es toda una aventura!. El colegio es como un gran videojuego en el que van a pasar miles de aventuras: pueden ser hombres de la prehistoria, grandes científicos, músicos fantásticos, brillantes literatos, deportistas con talento… en definitiva, el colegio les permite tener vivencias fascinantes.
– Aprender cada día algo nuevo. Cualquier niño, y desde cualquier edad, está abierto al conocimiento, a aprender, a saber más de todo. El colegio le brinda la oportunidad de aprender cada día algo nuevo y de profundizar en ese conocimiento, sin límites. En el colegio el niño va a encontrar recursos múltiples y variados, además de espacios e instalaciones que le van a permitir acceder a ese aprendizaje sin límites.
– Sentirse querido y valorado por ser quien es. Los amigos, los profesores, las actividades… todo ello va mostrando a cada niño quién es, cuáles son sus cualidades y talentos. El entorno escolar permite a cada niño ser “visible” ante el resto. Todos los niños tienen un talento especial, ¡o varios!, que les hace brillar y el colegio es un espacio fantástico para desarrollarlos y sentirse admirado por ellos.
Por ello, cuando un niño refiere hastío o negativa a ir al colegio puede que alguno de estos puntos esté fallando y se haga necesario analizar e ir más allá en los posibles motivos que están haciendo que a tu hijo le cueste ir su colegio. En este sentido el seguimiento del tutor y el acompañamiento del gabinete psicopedagógico son fundamentales para indagar sobre qué puede estar ocurriendo y dar la respuesta adecuada a cada situación. Las razones del rechazo al colegio pueden ser más profundas y, como educadores y padres, debemos estar atentos a las señales que nuestros hijos nos dan.