Desde el martes 10 de marzo, día en que se cerraron los colegios oficialmente en la Comunidad de Madrid, debido a la situación excepcional que estamos viviendo por el COVID-19, han sido más de un millón de alumnos los que se han quedado en casa con el curso a medias. El sistema educativo se ha visto en estas semanas expuesto a debilidades internas en su estructura, ya que muchos no han podido reaccionar como la sociedad y circunstancias necesitaban, debido a una falta de estructura tecnológica importante.
Desde el martes 10 de marzo, día en que se cerraron los colegios oficialmente en la Comunidad de Madrid, debido a la situación excepcional que estamos viviendo por el COVID-19, han sido más de un millón de alumnos los que se han quedado en casa con el curso a medias. El sistema educativo se ha visto en estas semanas expuesto a debilidades internas en su estructura, ya que muchos no han podido reaccionar como la sociedad y circunstancias necesitaban, debido a una falta de estructura tecnológica importante.
Sin embargo, otros colegios sí fueron capaces de reaccionar para que el impacto fuera casi nulo entre su alumnado y este ha sido el ejemplo de nuestro colegio. “Esto ha sido gracias a una gran capacidad de adaptación del equipo de profesores y el funcionamiento y uso de aplicaciones disponibles, que nunca antes hemos usado , puesto que esta modalidad a distancia no la habíamos contemplado, pero que sí sabíamos que teníamos”. Dice Nuria, Directora de la etapa de Educación Secundaria.
Desde el miércoles 11 los horarios se cumplen con normalidad, de tal manera que los niños imparten clases a distancia con sus profesores, a la hora que les corresponde en su jornada. El profesor es el que decide si dar una clase online o enviar tareas para esa hora.
La reacción de la comunidad educativa ha sido una sorpresa, ya que las familias no esperaban que sus hijos se adaptasen tan bien a esta nueva situación: “Es admirable como en tan poco tiempo se han organizado para impartir las clases y actividades que estaban dando a nuestros hijos. Además, han conseguido que mis hijos estén concienciados y estén siendo muy responsables con las tareas asignadas”. Dice María, madre de dos hijos del colegio Balder.
Los centros educativos tienen que ser conscientes que la capacidad de adaptación lleva consigo una buena estructura tecnológica y humana para poder hacer posible la adecuación de clases presenciales a clases a distancia. “Debemos de adecuarnos a la edad del niño y buscar las herramientas necesaria para conseguir motivar en la realización de las tareas, no es lo mismo una educación a distancia en niños mayores que en los más pequeños”, comenta Lourdes Atrio, directora general del colegio Balder.
En en el colegio, los alumnos de Educación Primaria tienen una lista de tareas, que envía el tutor a través de la plataforma de comunicación interna. “No podemos pretender que los niños pequeños tengan correo ni que se adapten a unas clases online”, prosigue Lourdes Atrio, “en edades más tempranas inculcamos la responsabilidad a los niños, teniendo estos que hacer las tareas marcadas por el tutor e ir entregándoselas. A los más pequeños de infantil, sus profes les mandan vídeos para seguir estando presentes en su vida, así como lecturas y recursos recomendados”.
El cambio a esta modalidad no podría ser posible sin el acompañamiento del profesor en todas las etapas. Además, es fundamental el trabajo del departamento de orientación de los centros como, que sigue haciendo un seguimientos a sus alumnos a través de sesiones online, para transmitirles seguridad y tranquilidad.